El pelo se estropea, muchísimas veces, sin que nos demos cuenta. Se hace hincapié en las herramientas de calor y en los tintes o decoloraciones, pero lo cierto es que hay un sinfín de factores externos que acaban destruyendo la fibra de nuestro cabello sin que seamos conscientes de ello.
Parece que los famosos agentes externos se reducen a sol, calor, cloro y contaminación y no solo son ellos: aquí hay mucha más miga. Puede que estés poniendo el foco en en el lugar equivocado porque, por desgracia, casi todo estropea el pelo.
DESDE CÓMO DUERMES HASTA CON QUÉ TE LAVAS
La regla general es sanearlo cada dos o tres meses, pero lo que no se cuenta tanto es que casi todo el mantenimiento y la salud de tu pelo no está en usar únicamente los mejores productos o en no planchárselo todos los días: reside en cómo lo cuidas desde que te levantas hasta que te acuestas.
REGLA DE ORO NÚMERO 1: NO FROTES NUNCA EL PELO
Si lo desenredamos en la ducha en mojado frotando el champú como si no hubiera un mañana, usamos cepillos con bolitas al final de las puntas, nos hacemos coletas tirando sin piedad, nos peinamos con fuerza desde la raíz, dormimos con él suelto o nos metemos en el coche y lo pillamos con el cinturón constantemente, todo eso, daña el pelo.
El enemigo número 1 de nuestro cabello es el roce, que no hace el cariño. Lo hacemos todos: hacer fuego –casi– con el pelo mientras lo lavamos, mil vueltas en la cama con él suelto cual princesa que se levanta con rastas, deporte con la melena al viento porque estamos más monas… Y es justo ahí donde la fibra empieza a romperse, a descamarse la capa más superficial y el deterioro de nuestro pelo. Así que…
REGLA DE ORO NÚMERO 2: DUERME CON ÉL RECOGIDO
La cama es muy traicionera aunque nos encante estar ahí cinco, diez o quince minutos más cada mañana. Otro de los agentes externos que más estropean nuestra bonita cabellera es todo lo que ocurre en ella mientras dormimos. Lo primero es que dormir con la melena suelta hace que:
1- El cabello se ensucie mucho más rápido.
2- El roce de las sábanas, la almohada y los propios tirones que ocurren durante la noche al cambiarse de postura y pillarse el pelo sin querer, son terribles.
Lo que recomiendan los expertos de Studio25, es hacerse una coleta, trenza baja o moño en la nuca nada tirante que puedas recoger en un scrunchie (ese coletero suavecito de tela fruncido que está tan de moda) y a dormir la mona.
REGLA DE ORO NÚMERO 3: PROTEGE DEL CLIMA Y TODOS SUS EFECTOS
Con esto no solo nos referimos al sol, al calor, al cloro o al salitre del mar, también a la polución o el viento. Si no aplicamos nada de protección extra, algo que recubra y preserve la parte más externa de las fibras capilares hasta el siguiente lavado (esa especie de escudo protector que nos hace de defensor), estamos totalmente expuestos.
Por supuesto, todos esos factores físicamente agresivos, nos destrozan la melena en un abrir y cerrar de ojos. Así que para ello recomendamos encarecidamente un spray o un champú que haga de escudo frente a todos ellos como los de la línea PROTECT de Studio25. La diferencia entre usarlo o no hacerlo, es abismal.

REGLA DE ORO NÚMERO 4: NUTRE PROFUNDAMENTE
El cabello está recubierto por la cutícula: una capa de proteínas y aceites cuando es virgen. Lo que ocurre cuando lo teñimos, abusamos de secadores y planchas muy calientes, es que esa cubierta protectora se degrada y, por tanto, la estructura interna del cabello (a ojo de un microscopio, sería una especie de manojo de espárragos) queda
expuesta. Cuando reforzamos –esté dañado o no el cabello– entre lavado y lavado con una mascarilla protectora, lo que hacemos es añadir ese escudo de manera externa para impedir que los agentes externos sigan malogrando el pelo y sus fibras. Por eso es básico utilizar una
mascarilla protectora y nutritiva. La de la línea PROTECT de Studio25 además está formulada para proteger también del calor (tanto del sol como de las herramientas).